lunes, 15 de septiembre de 2008

el río



Ayer en el sueño te hice un poema
No recuerdo si era tuyo
pero yo creo que sí
porque sonaba como tu río

Tenía el agua el color de tus hombros
y la tierra era húmeda de musgo y playa
como la arcilla pegada a tus pies
de viajero y campo

Ojos grandes de planeta
buscabas los días de invierno
con la torta frita
en las horas muertas de la siesta

Volverá tu tierra
a recordar las aguas turbulentas
del otoño
allá donde te esperan tus raíces
que te cantan por las noches las historias
de luciérnagas

Volverán las lagunas de tus ojos a mezclarse
con los peces y colores
que navegan en el fondo
de las aguas de tu río.

5 comentarios:

TrAvIjE dijo...

Me acordé de las oscuras golondrinas y no es un mal chiste.
Me acosa esa idea de la impermanencia, pero vas juntando las caracolas y todas tienen el mismo tono y se saben proteger (aún conservo esa pequeña que tú me regalaste en mi cumple).
Me dan ganas de hacerme un corte de canal, maloliente y grotesco como el de las reces. En los sueños uno es uno y el otro es tan ajeno, tan arriba, tan no es no.
No sé si me explique. Y siempre quiero que me entiendas y sé que no tienes por qué, pero ahí está la idea. Tal vez sólo soñando podría explicártelo como quiero explicártelo. ¿Me explico? Já.
Porque la laguna es el sueño fenomenológicamente hablando, diría Bachelard, y yo sólo parloteo, como siempre. Pero tus palabras están tan hechas a mi medida y nadie sabe por qué.

TrAvIjE dijo...

poetas al fin.

Rigdrol dijo...

Soñar con un río es soñar con la vida. Vivir en el río es vivir. Cruzando cuerpos y Mamás que esperan el vapor de las 7, nubes de llanura parsimoniosas y dulces. Dulce es el agua del río, tántrica. Y tanto acaba en la laguna como la laguna acaba en el río. El río aveces fermenta se diventa alcohólico en el remanso. Y los paisanos alegres extienden sus jarras de aluminio al agua. No importa cuantas madrugadas despierte mi corazón en otro pecho, la sabia natural de este lecho recibe antes del alba un cuenco que es caliz eterno, y que tu agua llena infinitamente.

Rigdrol dijo...

Muchas Gracias por escribir

Rigdrol dijo...

¡Qué tendrás pago, que te quiero tanto
con tus chajás, tus brujas y tus esteros,
con los vellones de tus garzas blancas,
con el pico plateao de tus boyeros,
con tus garcitas moras que se visten
en tus jacarandases y tus cielos,
con tus torcazas llenas de ceniza,
con Juan Soldao, el de la brasa al pecho;
¡qué tendrán tus calandrias que me llaman,
tus chororoses y tu tordo islero,
y tus viuditas tristes y esa chispa
que dió el fogón pa' la brasita 'e fuego,
y qué tendrás, que entre mis noches pasa
siempre un arisco cardenal ardiendo!
¡Esos son tus gualichos en mi amargo,
ésa es la brujería que me has hecho,
ése es el espinel que le has tendido
pa' prender en sus ganchos al Mielero!

Soy de tus islas un timbó cualquiera,
y en tus zanjones, curupí a los vientos;
sauce embrujado de cualquier barranca,
y un llanto colorado entre tus ceibos,
y soy, por una herencia de la suerte,
con mi lanza en la voz, sanjavielero.

¡Muchas gracias, patrona doña vida,
que me has hecho zorzal. Estoy contento!

Julio Migno