
Se me ocurre que buscaba sus palabras como las almendras de una ardilla. Se me ocurre que ella era una ardilla almacenando los adjetivos que le daban. Se me ocurre que no soltaba ni uno y que no los compartía porque esos eran suyos y eran como él la definía: "tu voz, tus movimientos, tu cadencia propia de un pingüino".
Se me ocurre que buscaba ser la especie más rara del árbol porque ahí encontraba su belleza. Se me ocurre que cargaba un costal gigante con su nombre y que una noche la perdió y despertó sin él y sin el nombre. Se me ocurre que por el momento está en la oscuridad y se da de topes contra el árbol…
Pero yo no me preocuparía.
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