lunes, 21 de julio de 2008

Hay amaneceres









Hay amaneceres que dan miedo.

Viene la luz que va engullendo oscuridad.

Nunca pensé que la luz me diera miedo,
hasta que lo descubrí,
y tuve miedo de aceptarlo.

Por eso, a veces los amaneceres me angustian
porque están muy vivos,
porque traen un sol muy rojo,
que saca el pecho por delante y no tiene miedo de nosotros.

Porque la tranquilidad del sueño
y mi imperturbable soledad
se ve turbada con el nacimiento de otro día.

(La noche es refugio de silencios
y de palabras que se dicen en secreto a las
esquinas de los callejones más discretos).

Hay amaneceres que me dan miedo.
Porque la angustia se siente en el ombligo
como un espiral infinito de flores que aun no se han abierto.

Hay amaneceres que me dan miedo.

1 comentario:

Abia Castillo dijo...

Qué bueno es tenerte por acá, neta me da un gustazo. Yo creo mucho en la verdad de la poesía, una lo sabe cuando lo escucha (porque tengo la sensación de que un poema siempre se oye), es algo que se te queda, algo reconocible. A mí también algunos amaneceres me dan miedo y también creí eso de que hay cosas que se ven sólo cuando son demasiado obvias, esas son VERDADES. Bueno, nos vemos por aquí.